Si le preguntáramos a cualquier mujer con qué parte de su cuerpo está descontenta, un buen porcentaje respondería que con su panza. Y es que tener un vientre con ‘tableta de chocolate’ no es fácil, pero si nos ponemos objetivos reales, adaptados a nuestra fisonomía, y trabajamos en ellos, podemos conseguirlo.
Zona delicada
La zona del vientre, al igual que la de las cartucheras, es problemática ya desde la adolescencia. A las personas delgadas, en el momento en el que tienen un aumento de peso, se les suele localizar la grasa en las dos zonas. “En el vientre influye mucho la alimentación, ya que incluso las verduras, que se consideran saludables, pueden producir una hinchazón de la zona, así como determinadas bebidas gaseosas y, por supuesto, la cerveza”.
Qué comer
Es sencillo: una alimentación variada y sana que incluya fruta y verdura, así como proteínas (pescados blancos y azules, soja), frutos secos en pequeñas cantidades y frutos rojos (que reducen la hinchazón). Evita las legumbres, los zumos (mejor la fruta entera), las comidas saladas, los edulcorantes (sorbitol y manitol), los fritos y empanados.
No todas las frutas
Huye de las tropicales, el melón, las uvas, el plátano y los higos. Dentro de las verduras, evita las de hoja verde como la lechuga o las coles de Bruselas, ya que producen muchos gases y tienden a inflamar el abdomen.
Esconde la sal
El consumo excesivo de sal provoca insuficiencia cardíaca y renal, hipertensión y sobrepeso, así como retención de líquidos (las células se hinchan para reducir el exceso de sodio y apare en cocinar con especias. Aportan sabor y vitaminas a las comidas, y se consume menos sal y aceite, lo cual reduce las calorías”.
Fibra sí, pero con medida
Es fundamental en la dieta, ya que facilita el tránsito digestivo (una evacuación incorrecta propicia la hinchazón del vientre) y tiene muchos beneficios: previene el estreñimiento y determinados cánceres como el de colon. Encuéntrala en cereales, pan y pasta (mejor integrales), frutas y verduras. Pero sin locuras: cinco porciones de frutas o vegetales al día serían suficientes.
Bebidas que ayudan
Para conseguir un vientre plano es indispensable la hidratación. Además de agua toma té verde y café, que son diuréticos y ayudan a eliminar las grasas (el café, además, evita el estreñimiento) o el té blanco, que reduce el colesterol y mejora el sistema digestivo: ayuda a digerir las grasas y hace que el tránsito intestinal sea más efectivo.
0 % alcohol

Para nuestro objetivo, no hay más remedio: despídete de las bebidas gaseosas y, sobre todo, de las alcohólicas. Si las consumes, que sea esporádicamente, y mejor vino que cerveza o una copa.
Cuidado con la leche
Su consumo es necesario para aportar calcio a nuestra dieta, pero su grasa no es sencilla de digerir y en algunas ocasiones provoca inflamación. Los especialistas recomiendan por eso la semidesnatada.
La verdad sobre los abdominales
Para mantener un vientre plano hacen falta abdominales. “Sin necesidad de machacarnos a diario”, Hay que evitar ejercicios con los que el abdomen tienda a abombarse. Son mejores las planchas isométricas.

Fuente: Revista Mia
